lunes, 28 de abril de 2014

Tocados, muy tocados.

     Tocados pero no hundidos, hoy hay mejor manera de definir el momento por el que atraviesa nuestro Granada. Quedan tres partidos, tres finales por delante. Nos espera una dificilísima salida a Anoeta, donde nos recibirá una Real que se juega Europa, Si echamos la vista atrás un año, es inevitable acordarse de aquella noche donde el granadinismo se unió en un solo grito, el de: "¡REEEEECIIO!"gol que consiguió Recio en el descuento y que nos dio la vida. ¿Por qué no repetir este año?

     Es el momento, más que nunca, de estar con los nuestros, nos quedan tres finales ya que por ahora el seguir un año más en primera división, no está asegurado, corremos el peligro de poner punto y final a nuestro paso por primera división. Costó mucho llegar, mucho, y ahora que lo tenemos no podemos dejarlo escapar.

     Es el momento de unificar los gritos en la grada, gritos sólo de aliento a los nuestros, nos necesitan más que nunca, sólo en sus botas está el futuro de nuestros colores, de los que presumimos ser cada día.
     Es el momento de dejar los chiflidos a un lado, los Lucas si o Lucas no, nos quedan tres finales y hay que afrontarlas con lo que tenemos, con Lucas, con Pina y con la plantilla de este año además de todas las personas que forman el Granada CF.

     Es el momento de morir con la cabeza alta, el momento de dejar hasta la última gota de sudor, porque le esfuerzo temporal pero la recompensa es eterna.

ES EL MOMENTO GRANADA CF, ES MOMENTO.



jueves, 10 de abril de 2014

El León y el Ratón.

Estaba el león durmiendo la siesta bajo un árbol, y unos ratoncillos traviesos que pasaban por allí, al verle dormido, se le subieron encima sin el menor respeto y empezaron a jugar, escondiéndose en su larga melena y saltando entre sus patas.

Pero tanto alborotaron que el león acabó despertándose, y ya se sabe que cuando alguien está durmiendo la siesta tranquilamente y lo despiertan, lo más probable es que se ponga de mal humor.

El león lanzó un rugido terrible y los pobres ratones huyeron aterrados; pero con un rápido movimiento de su poderosa garra, la fiera atrapó al más pequeño de ellos y lo miró con expresión feroz.

“No me hagas daño”, suplicó el ratoncillo, “y seré tu amigo; si alguna vez estás en peligro, te ayudaré”.

Al león le hizo tanta gracia que lo soltó. ¡Aquel diminuto ratoncillo le ofrecía su ayuda a él, el rey de la selva!

“Está bien, valiente”, dijo riendo, “siempre es bueno tener un aliado tan fuerte como tú”.

Poco después, el león cayó en la red de unos cazadores, y por más que se debatió y forcejeó no pudo soltarse. Ya se daba por vencido, cuando pasó por allí el ratoncillo que royó con sus afilados dientes un nudo de la red y lo dejó en libertad.

Cualquier amigo, por pequeño que parezca, es valiosísimo.

La vida.

Si pudiera vivir nuevamente mi vida,
en la próxima trataría de cometer más errores.
No intentaría ser tan perfecto, me relajaría más.
Sería más tonto de lo que he sido,
de hecho tomaría muy pocas cosas con seriedad.
Sería menos higiénico.
Correría más riesgos,
haría más viajes,
contemplaría más atardeceres,
subiría más montañas, nadaría más ríos.
Iría a más lugares adonde nunca he ido,
comería más helados y menos habas,
tendría más problemas reales y menos imaginarios.

Yo fui una de esas personas que vivió sensata
y prolíficamente cada minuto de su vida;
claro que tuve momentos de alegría.
Pero si pudiera volver atrás trataría
de tener solamente buenos momentos.

Por si no lo saben, de eso está hecha la vida,
sólo de momentos; no te pierdas el ahora.

Yo era uno de esos que nunca
iban a ninguna parte sin un termómetro,
una bolsa de agua caliente,
un paraguas y un paracaídas;
si pudiera volver a vivir, viajaría más liviano.

Si pudiera volver a vivir
comenzaría a andar descalzo a principios
de la primavera
y seguiría descalzo hasta concluir el otoño.
Daría más vueltas en calesita,
contemplaría más amaneceres,
y jugaría con más niños,
si tuviera otra vez vida por delante.

Pero ya ven, tengo 85 años...
y sé que me estoy muriendo.

lunes, 7 de abril de 2014

No han salido las cuentas


Eran muchas las cuentas de la afición del Granada,  "ganando el próximo partido prácticamente está hecho esto ya". Pues no, tras la derrota del pasado lunes ante el Levante en casa y la desastrosa visita a la Rosaleda toca hacer cuentas,  cuentas que vemos más difíciles si tenemos en cuenta que nos visita el actual campeón de liga, el F. C. Barcelona que viene con la necesidad de sacar los 3 puntos para seguir teniendo opciones de optar al título. Rival difícil y de otra liga el que nos toca recibir, pero,  en esto del fútbol no hay nada escrito y es todo impredecible. Si miramos más allá de este próximo partido nos toca una salida complicada y es que no es otra que ir al Ramón Sánchez Pizjuan donde espera un Sevilla con ganas de Europa y que no regalará absolutamente nada.
Lo que hace unos días se veía hecho o los que hace poco miraban a Europa simplemente ahora tienen que mirar la realidad y esta es bien distinta a lo que podíamos pensar. Hay que sufrir. Son 34 puntos los que tenemos y a pesar e que los dos próximos partidos se antojan casi imposibles como he dicho anteriormente en este mundo eso no existe.
Nos plantamos en Málaga por ti,  a pesar del desastroso partido no bajamos los brazos y seguimos animando. Ahora no es el momento de si Lucas si o Lucas no. Tampoco es el momento de ver quien vale y quien no,  es más fácil que todo eso,  es el momento de estar unidos y remar a una misma dirección  que no es otra que la de la salvación.
Es tu turno, vence por nosotros.

viernes, 4 de abril de 2014

¿Quién muere?

Muere lentamente quien se transforma en esclavo del hábito, repitiendo todos los días los mismos trayectos, quien no cambia de marca, no arriesga vestir un color nuevo y no le habla a quien no conoce. Muere lentamente quien hace de la televisión su gurú.

Muere lentamente quien evita una pasión, quien prefiere el negro sobre blanco y los puntos sobre las "íes" a un remolino de emociones, justamente las que rescatan el brillo de los ojos, sonrisas de los bostezos, corazones a los tropiezos y sentimientos

Muere lentamente quien no voltea la mesa cuando está infeliz en el trabajo, quien no arriesga lo cierto por lo incierto para ir detrás de un sueño, quien no se permite por lo menos una vez en la vida, huir de los consejos sensatos

Muere lentamente quien no viaja, quien no lee, quien no oye música, quien no encuentra gracia en sí mismo. Muere lentamente quien destruye su amor propio, quien no se deja ayudar.

Muere lentamente, quien pasa los días quejándose de su mala suerte o de la lluvia incesante.

Muere lentamente, quien abandona un proyecto antes de iniciarlo, no preguntando de un asunto que desconoce o no respondiendo cuando le indagan sobre algo que sabe.

Evitemos la muerte en suaves cuotas, recordando siempre que estar vivo exige un esfuerzo mucho mayor que el simple hecho de respirar. Solamente la ardiente paciencia hará que conquistemos una espléndida felicidad.

Pablo Neruda